La rosácea es una condición crónica de la piel que causa enrojecimiento y a veces pequeñas pústulas en la cara. Afecta principalmente a adultos de piel clara y puede empeorar con el tiempo si no se trata.

Síntomas
La mayoría de las personas sólo presentan algunos de los síntomas de la rosácea y estos son diferentes en cada persona. Si bien esta afección dura mucho tiempo, a menudo, la rosácea se va y regresa entre momentos en los que hay brotes y períodos en los que no se presentan síntomas.

Suele aparecer de 3 formas y 3 tipos de síntomas diferentes:

1. Síntoma vascular de la rosácea.
   La eritrosis y la cuperosis se manifiestan por la presencia de rojeces en el rostro, acompañadas o no por cuperosis (pequeños vasos dilatados en las mejillas y la nariz). Por este motivo, los brotes de rosácea o rubores pueden ocurrir de forma intermitente, causando una afluencia considerable de sangre en el rostro de rápida recuperación.
2. Síntoma papulopustuloso de rosácea.
   La eritrosis se asocia con las ronchas que parecen de lesiones de acné (zonas rojas y pequeñas pústulas sin comezón), inflamación, y venas “araña” visibles, siempre presentes exclusivamente en el rostro y por brotes.
3. La forma hipertrófica.
   Caracterizada por una nariz gruesa deformada es mucho más rara y solo afecta a los hombres. Llamada rinofima, no está relacionada con el consumo de alcohol, todo lo contrario, a lo que cuenta la creencia popular. La unión de los síntomas con la frecuencia de aparición trae como resultado un complejo y una variación en la calidad de vida.

Desencadenantes
Aunque no se conoce una causa exacta de la rosácea, los investigadores creen que puede ser debido a una combinación de predisposición genética y factores ambientales. Los factores desencadenantes comunes incluyen:

• Sol y calor: la exposición prolongada puede agravar los síntomas.
• Alimentos y bebidas: alcohol, alimentos picantes y calientes.
• Estrés: factores emocionales y físicos pueden provocar brotes.
• Productos de cuidado de la piel: algunos ingredientes pueden irritar la piel sensible.

Diagnóstico
El diagnóstico de la rosácea generalmente se basa en un examen físico de la piel. Un dermatólogo puede identificar la rosácea observando los síntomas y preguntando sobre el historial médico del paciente.

Prevención y control

1. Identificación de desencadenantes:
• Evitar alimentos picantes, bebidas calientes y alcohol.
• Proteger la piel del sol con protector solar de amplio espectro.
• Minimizar el estrés mediante técnicas de relajación.
2. Cuidado diario de la piel:
• Usar limpiadores suaves y sin fragancia.
• Aplicar hidratantes no comedogénicos.
• Evitar productos que contengan alcohol o irritantes.
3. Alimentación y Estilo de Vida:
• Alimentos antiinflamatorios como el pescado graso, nueces y verduras de hoja verde.
• Evitar productos lácteos y alimentos procesados que pueden desencadenar brotes.
4. Ejercicio y manejo del estrés:
• Realizar ejercicio moderado y evitar sobrecalentarse.
• Practicar yoga, meditación o respiración profunda para reducir el estrés.

Recursos de apoyo
National Rosacea Society: Rosacea.org