El Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) sigue siendo un tema de gran importancia en la salud pública mundial. A pesar de los avances significativos en su tratamiento, el VIH sigue afectando a millones de personas en todo el mundo. Es un virus que ataca el sistema inmunológico, específicamente a las células CD4, que son cruciales para la defensa del cuerpo contra infecciones. Sin tratamiento, el VIH puede llevar al Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), la etapa más avanzada de la infección.

Transmisión del VIH

• Relaciones sexuales sin protección: vaginales, anales u orales con una persona infectada.
• Transfusión de sangre: con sangre contaminada.
• Uso compartido de agujas: principalmente entre personas que se inyectan drogas.
• De madre a hijo: durante el embarazo, el parto o la lactancia.

Prevención del VIH

1. Uso de preservativos: usar preservativos de látex o poliuretano correctamente en cada relación sexual.
2. PrEP (Profilaxis Preexposición): medicamento para personas en alto riesgo de contraer el VIH.
3. PEP (Profilaxis Posexposición): medicamento de emergencia tomado dentro de las 72 horas posteriores a una posible exposición al VIH.
4. No compartir agujas: utilizar agujas y jeringas nuevas y limpias.
5. Pruebas regulares: hacerse pruebas de VIH regularmente para conocer tu estado y el de tu pareja.

Diagnóstico
El diagnóstico del VIH se realiza mediante pruebas de sangre o saliva que detectan la presencia del virus o los anticuerpos que el cuerpo produce en respuesta a la infección. Las pruebas más comunes incluyen:

• Prueba de anticuerpos: detecta los anticuerpos contra el VIH.
• Prueba de antígenos/anticuerpos: detecta tanto antígenos como anticuerpos del VIH.
• Prueba de ARN del VIH: detecta el material genético del virus.

Tratamiento
El tratamiento del VIH implica el uso de Terapia Antirretroviral (TAR), que combina varios medicamentos para:

• Reducir la carga viral: mantener el VIH a niveles indetectables en la sangre.
• Restaurar y preservar el sistema inmune: contar el número de células CD4.
• Prevenir la transmisión: reducir el riesgo de transmitir el VIH a otras personas.
• Mejorar la calidad de vida: ayudar a las personas a vivir una vida larga y saludable.

Manejo a largo plazo

1. Tomar los medicamentos exactamente como se los prescribió el médico.
2. Acudir a chequeos regulares para monitorear la salud y la eficacia del tratamiento.
3. Mantener una dieta equilibrada, hacer ejercicio regularmente y evitar el consumo de alcohol y drogas.
4. Buscar apoyo en grupos de apoyo, amigos y familiares.
5. Mantenerse informado sobre nuevos avances en el tratamiento del VIH.

El VIH es una condición crónica pero manejable. Con el diagnóstico temprano, la adherencia al tratamiento y el apoyo adecuado, las personas con VIH pueden llevar una vida plena y saludable. Es fundamental derribar el estigma asociado al VIH y fomentar una actitud de comprensión y apoyo hacia quienes viven con este virus.